DISTANCIA: 13,5 Km. Circular
Tiempo: 7 horas
Quizás vayamos a realizar en el
día de hoy uno de los senderos más ansiados, uno de esos que teníamos muchas ganas de
hacer, pero será hoy gracias Al-Sendero, cuando tengamos la oportunidad de lograr uno de nuestros sueños.
Hemos quedado como de costumbre a
las siete de la mañana, hace un frío que pela, pero nada, nada de agua. Nos dirigimos sin demora
hasta la Barriada el Cobre en la localidad de Algeciras, calle Maestra María
Luisa, donde hay un panel de inicio con explicación del sendero Rio de la Miel.
Aquí es donde comienza hoy nuestra
aventura, que voy a tratar de narrar, cosa que se me hace difícil pues ya han
pasado más de 15 días que realizamos esta ruta.
El primer tramo coincide con la
ruta del Rio mencionado, hasta que llegamos a una “Y”, nosotros tomamos el
ramal de la izquierda que es la que nos conducirá a través de “La Senda de Los
Presidiarios”. Esto era una ruta de defensa que se mando a construir en la
post-guerra Civil entre 1940 a 1945, obra que realizaron los presos
republicanos y bandidos de la época.
Una pequeña subida con mucha
piedra suelta debido a la erosión de las lluvias y fuerte viento de levante,
nos dificulta el caminar pero solo por 1,5 Km.
Una valla metálica nos detiene
junto a un gran caserío y nosotros avanzaremos hacia delante buscando una
angarilla que nos permite seguir progresando después de cruzar y cerrar la
puerta.
Es a partir de ahora cuando vamos
subiendo y obtenemos unas magnificas vistas de la Bahía de Algeciras. Veremos
algunos carteles informativos que nos cuentan del objeto por el que se
realizaban estas construcciones.
A nuestra izquierda vamos dejando
la cumbre de la montaña del Algarrobo y nosotros la bordeamos ahora por un
camino más llano y siempre obteniendo singulares panorámicas, destaca El Peñón
de Gibraltar.
Un poco más adelante llegamos a
una zona de Alcornoques con una vegetación más densa, donde el “Presi”, va
comentando una y otra planta desde la Jara, hasta el Brezo etc.
Hemos llegado hasta un inconcluso
puente donde decidimos hacer el desayuno y reponer fuerzas para lo que nos
espera. Las formaciones vegetales son exuberantes y de un verdor fantástico y
aunque como decíamos al principio no llueve “na, de na”, tenemos algunos
pequeños arroyos en el camino que nos han venido refrescando.
Un cartel de final de Sendero,
nos indica que tendríamos que volvernos si no tenemos permiso de la Consejería,
pero nosotros después de descansar avanzamos sin temor y estaremos atentos a
unas piedras con marcas rojas a nuestra derecha, que son las que debemos seguir
para llegar a la cabecera del rio de la Miel.
A partir de aquí mucha atención
para no desviarnos del camino estrecho y de poca marca por el que iremos
circulando hasta llegar después de unos 2 Km. a una bajada a nuestra derecha
entre árboles llenos de Laurisilva y Pulipuli.
Pero mejor disfrutar del entorno
esto merece la pena de verdad, es una autentica aventura, una gozada, una maravilla
simplemente te traslada a otra época.
Llegamos al rio y tenemos que
cruzarlo por unos troncos puestos a propósito, nos ayudaremos unos a otros y
así permaneceremos secos, no paramos de tomar fotos de uno y otro lado
cualquiera mecere la pena.
Caminamos por el lado derecho del
río hasta llegar a cauce de bajada y ojo porque nosotros nos lo pasamos más de
un 1 Km. y tuvimos que volvernos, pero encantados, yo hubiera ido hasta el
final otra vez.
Ahora por la ladera izquierda hasta la poza “Cola de Caballo”, junto a
“Piedras Negras”, y después hasta la más conocida de sus Chorreras, siempre
admirando el paisaje y disfrutando, algunas veces agachados, otras saltando,
así hasta llegar al Molino donde pararemos a comer son las tres de la tarde y
vemos que la ruta se termina, así que con mucha nostalgia después de comer nos
encaminamos hasta donde dejamos aparcados los coches.
CARLOS Y PETRA MIEMBROS DEL CLUB AL-SENDERO
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