Tiempo: 4 Horas.
Por fin después
de tanto tiempo, hemos conseguido para hoy sábado 9 de mayo de 2009 el ansiado
permiso para visitar este maravilloso sendero de acceso restringido.
A través de una
pista forestal que une las poblaciones de Facinas-Los Barrios, (antigua vía que
comunicaba ambas poblaciones) encontraremos el panel de inicio, la humedad, la
temperatura, la sombra y la gran frondosidad son algunas de las características
de estos valles.
A los niños y mayores les encantará el aspecto
fantasmal, que difícilmente podemos describir al entrar en estos canutos. Esto
es una formación ecológica que consiste en un arroyo rodeado de una vegetación
exuberante, desborda por todas partes se asemeja al clima tropical existente en
toda Europa antes de de la última Glaciación, increíble pero cierto aquí en
Cádiz no hay que ir más lejos.
Estamos atravesando un magnifico quejigal, algunos
ejemplares son de gran altura y otros tienen formas de lo mas asombroso, en
algunos tramos la pendiente es un poco más acusada pero nada difícil a medida
que vamos ascendiendo empezamos a ver alcornoques y acebuches pero siempre
impregnados de matorrales, musgos y lianas. Paramos un ratito para reponer y
refrescarnos, el calor que sofoca hace presagiar que va a llover. Hay que hacer
el menor ruido posible para escuchar la cantidad de aves que nos deleitan con
su canto.
Tendremos hoy la suerte de ver una familia de corzos
(Bambis) la mamá con sus dos pequeños, nos sorprenderán cruzando el camino,
restos de talas vamos viendo por el camino, el paisaje es indescriptible la
gran roca por la que se denomina este sendero la divisamos desde el carril.
Ante un pequeño
puente que cruza el arroyo esta la baliza que nos introduce en el canuto, nada más empiezas a bajar el
espectáculo es sorprendente, un camino muy estrecho nos obliga en ocasiones a
saltear el arroyo de un lado a otro, con mucho cuidado pues la rocas están muy
resbaladizas y en algunos sitios el suelo se empantana.
Perdemos la indicación de la senda en infinidad de
ocasiones, pero sin perder el ánimo seguimos subiendo, veremos emerger aguas
ferruginosas de color rojizo, en algunos momentos es mejor tener tranquilidad y
después de recuperar seguir hasta llegar a punto donde confluyen numerosos
arroyitos.
Después de infinidad de fotos y admirando el paisaje
llega el momento de cambiar al otro lado del arroyo como así nos lo indican las
balizas de señalización, volvemos a cruzar y tras una pequeña subida vamos
avanzando despegándonos del cauce, la riqueza paisajística nos permite ver
fresnos, avellanillos y helechos peludos.
Encontramos un antiguo horno y ruinas de algunas
edificaciones dedicadas a labores de carboneo, no hemos encontrado unas tumbas
antropomórficas que hay en los alrededores, después de algunos pasos regresamos
a la senda. Dando un rodeo se llega hasta el puente que nos introdujo en el
canuto, y paramos a comer.
De pronto el silencio se hace en todo alrededor, esta
empezando a llover pero vamos bien pertrechados y no nos importa el cielo se
pone negro, la oscuridad de pronto parece haber adelantado el reloj tres o
cuatro hora, pero decidimos ir con tranquilidad y disfrutando de la lluvia, que
hacen aún más atractivo el espectáculo que nos ofrece este peculiar sendero.
Sin darnos cuenta llegamos al final de la pista, no
quisiéramos tener que irnos de este salvaje paraíso, pero nos prometemos volver
pronto para poder indagar más si cabe en este Canuto del Risco Blanco.
CARLOS Y PETRA MIEMBROS DE AL-SENDERO
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