sábado, 13 de septiembre de 2008


SENDERO PUERTO DEL CORREO VILLALUENGA
13 de Septiembre de 2008
DISTANCIA: 14 Km. Aproximadamente ida y vuelta.                       
Tiempo: 5,30 Horas.

Esta ruta que tratamos de describir, aunque pudiera parecer un poco pesada por la distancia, no es así pues tan solo en el tramo final se sube hacia el puerto del Correo en una agradable pendiente si nos lo tomamos con calma, es como siempre intentamos, una ruta familiar, que va a coincidir en su parte inicial con el sendero de los Llanos del Republicano.
En Villaluenga del Rosario (punto de encuentro de muchas de nuestras salidas) cruzamos la carretera hacia un antiguo hotel abandonado, seguiremos la señal de sendero de los Llanos del Republicano, subiendo una pequeña pendiente y si nos damos la vuelta veremos una estampa formidable del pueblo.
Cruzando una verja que suele estar cerrada tiene un acceso peatonal e su parte izquierda y caminando en sentido descendente, rodeado de  alcornoques con bastante sombra seguimos las indicaciones y enseguida vemos la magnitud de la sierra de Libar.
Podremos contemplar rebaños de ovejas, cerdos y vacuno, estamos llegando a los Llanos del Republicano, de donde se cuentan historias y leyendas, los meandros que llevan el agua hasta la boca de la sima nos van indicando el camino sin pérdida.
Nos arrimamos hacia la derecha para intentar resguardarnos un poco y caminar bajo los árboles junto a un pequeño muro que llega hasta el final.
Es un paisaje majestuoso y nosotros nos vamos hacia la indicación de la sima, hoy difícil y peligroso visitar porque han quitado las cadenas que servían de agarraderas que otras veces hemos visto y utilizado para asomarnos a la entrada.
Retrocediendo unos pasos veremos la indicación que nos conducirá hasta el Puerto del Correo, paramos para recuperar un poco y aunque el día se encuentra un poco nublado y de vez en cuando nos llegan algunas gotas de lluvia, se puede presagiar que va a pasar pronto.
Nos lo hace incluso más atractivo por la inmensidad de tonos diferentes que presenciamos, así que decidimos continuar con nuestros chubasqueros subiendo hacia nuestro destino.
Las formas caprichosas que van tomando las rocas en la subida son de película y no nos cansamos de admirar el paisaje si miramos hacia detrás contemplamos la sierra del Caillo y la del Endrinal.
En algunos huecos todavía quedan pequeños charcos de agua que están helados, a veces dudamos si continuar, pero esta vez no nos vamos.
La verdad que el panorama asusta un poco porque no tendríamos ningún refugio donde guarnecernos, pero en esta ocasión vamos bien pertrechados
Veremos al final de nuestra subida una señal de sendero Europeo y siguiendo más abajo llegaríamos a los Llanos de Libar que dejaremos para otra ocasión, de todas maneras se puede pasear un poco y seguiremos  sorprendidos de la grandeza del paisaje, solos rodeados de tantas y grandes encinas y el cantar de algunas aves hacen de este sitio el ideal para comer nuestros bocatas antes de emprender el camino de regreso, nos gustaría quedarnos un rato, pero será otro día.